PUEDO HACER EJERCICIO EN EL EMBARAZO?

La respuesta es sí; de hecho, no hay mejor momento que el embarazo para velar por tu salud y tu bienestar. Además, una madre en buena condición física está mejor posicionada para un parto exitoso.
Ya seas deportista asidua o de las que cuentan subir las gradas como su ejercicio diario, una mujer embarazada puede realizar deportes en tanto esté saludable y no sea contraindicado por el médico.
Hecho correctamente, el ejercicio durante el embarazo te ayuda a dormir mejor, fortalecer los músculos, aliviar el estrés y aumentar tus niveles de energía.
Respuesta:

¿Qué ejercicios son recomendables?

Según los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), debes realizar una actividad aeróbica de intensidad moderada 150 minutos a la semana (dos horas y treinta minutos). Eso sí, no trates de hacerlo todo en un solo día; en realidad, derivas más beneficios si realizas 10 minutos a la vez.
Los ejercicios aeróbicos de intensidad moderada son los que elevan tu ritmo cardíaco y te hacen sudar, pero no te cansan. Una prueba común para saber si es el nivel indicado es si estás sudando y puedes mantener una conversación, pero no cantar una canción mientras ejercitas. Y nunca te debe faltar el aire.
Si no sueles realizar deportes, los ejercicios para embarazadas más recomendables son:
  • Caminar a paso rápido. Te da la libertad de controlar tu ritmo, escoger cuándo lo realizas y combinarlo con otras actividades placenteras, como escuchar música o aprovechar el tiempo con tus amigas. Además, después del parto puedes continuarlo en compañía de tu bebé.
  • Yoga. Las técnicas de relajación te ayudan tanto mental como físicamente. Procura modificar los poses para que no pongas en riesgo tu balance o descanses sobre tu espalda.
  • Pilates. Fortalecer y aprender a controlar tus músculos será de gran beneficio a la hora del parto, así como la flexibilidad. Al igual que con el yoga, modifica posiciones o busca una clase diseñada para embarazadas.
  • Natación. El agua tiene un efecto relajante en tus músculos, además de que aliviana la carga de tu panza. Debes nadar a un ritmo moderado; el embarazo no es el momento para buscar un récord olímpico ni mejorar tus técnicas de clavado. Otra buena opción es aeróbicos acuáticos.
  • Bicicleta estacionaria. Obtienes los beneficios de la bicicleta sin los riesgos de las caídas. Vigila tu ritmo y busca una bicicleta con un asiento cómodo.
Si acostumbras practicar deportes, puedes continuar si tu médico lo aprueba. Pero recuerda que estás embarazada, y eso significa que tu nivel de energía varía, que tu centro de gravedad se altera haciéndote más propensa a caídas, y que durante los últimos meses te puede ser más difícil respirar porque tus pulmones son “estrujados” conforme tu útero crece. Esto requiere que modifiques tu rutina.

¿Qué precauciones debes tomar?

Ya lo hemos mencionado antes, pero es tan importante que amerita enfatizarse una vez más: consulta a tu médico antes de hacer cualquier tipo de actividad física durante el embarazo.
El ejercicio queda prohibido si presenta algún riesgo para tu bebé. Además debes tener en cuenta las siguientes precauciones:
  • Evita el riesgo de caídas y choques frontales
  • Evita el calor. Tu cuerpo no debe exceder los 102.6°F (39°C) porque podría ocasionar problemas al bebé, sobre todo en el primer trimestre.
  • Lee las señales de tu cuerpo: si tienes síntomas inusuales, mareos, te cansas más de la cuenta, sientes dolor, tienes sangrado o fluido anormal de la vagina, o te falta el aire, detente de inmediato.
  • No levantes objetos pesados
  • Toma mucho agua
  • Evita ejercicios que requieren que "rebotes"
  • Vístete apropiadamente
  • Modifica tus rutinas y baja el ritmo
  • Debes saber cuándo parar: recuerda que estás embarazada

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